El precio al carbono facilitaría la recuperación verde post COVID-19

Ciudad de México, 1 de diciembre de 2020. La mayoría de las naciones del mundo aún se encuentran lidiando con los impactos relacionados al COVID-19 y las repercusiones económicas que esta crisis sanitaria ha generado. Sin embargo, una nueva investigación publicada por la Universidad de Princeton plantea que éste podría ser el momento adecuado para introducir instrumentos de precio al carbono. 

 

En los últimos meses se ha observado un escenario de precios bajos en los combustibles fósiles, por lo que un impuesto al carbono podría ayudar a estabilizar los precios para garantizar la competitividad de las tecnologías que aprovechan fuentes de energía renovable. Asimismo, los instrumentos de precio al carbono pueden conducir a las personas y organizaciones a adoptar procesos productivos más amigables con el medio ambiente y disminuir las prácticas de consumo energético insostenibles, que en un futuro requerirán de una mayor inversión económica para reparar los daños ambientales producidos.

 

El autor principal de la investigación Kian Mintz-Woo describió que “cuando se analizan los problemas a largo plazo como la pandemia o el cambio climático, se podría asumir que las soluciones entran en conflicto, ya que ambas requieren recursos económicos masivos. Sin embargo, en el marco actual de la crisis sanitaria se brinda una oportunidad única para reforzar mutuamente las soluciones futuras para mejorar la sostenibilidad y el bienestar social”.

 

Por otra parte, los ingresos generados por la implementación de instrumentos de precio al carbono podrían contribuir a establecer mejores redes de seguridad social, financiar innovación tecnológica, así como impulsar la creación de nuevos empleos. Por consiguiente, la fuente potencial de ingresos podría ser un gran incentivo durante la crisis económica ocasionada por el COVID-19, cuando los gobiernos locales y nacionales enfrenten déficits fiscales y tributarios.

 

El investigador Mintz-Woo estableció que “la clave es prevenir emisiones futuras, no obstante, el lograr este compromiso no debe de ser a expensas de aquellos que estén en riesgo de perder su trabajo en esta transición. Los gobiernos deberán emplear los ingresos para reducir los efectos negativos de la implementación de impuestos, así como para capacitar a las industrias que podrían verse afectadas".


Con información de: Phys.com

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